Shaw sufrió un colapso nervioso, pero está recuperándose. Se muda a una pensión, consigue un trabajo en una cocina montada en un barco en ruinas y entabla una relación amorosa con Victoria, una mujer que suele presentarse contando que vio su primer muerto a los catorce años. La de Shaw no es perfecta, pero es una vida. O podría serlo, si su trabajo no lo involucrara en una teoría conspirativa que, en las noches oscuras junto al río, parece cada vez menos teórica y más real. Uno de los primeros encargos de su jefe es asistir al juicio público de un hombre que afirma haber visto extrañas criaturas acuáticas en el inodoro de su baño.
Mientras tanto, Victoria abandona Londres y se va a vivir a una pequeña ciudad rural. Sueña con renovar la casa que heredó de su madre, estar más conectada con la naturaleza, tener nuevos amigos. Pero el sueño idílico de una vida más tranquila se choca con el día a día de la ciudad: ¿qué fue exactamente lo que le ocurrió a su madre? ¿Cómo puede ser que su nueva amiga desaparezca delante de su vista en un estanque de agua? ¿Por qué todos los vecinos parecen actuar de manera tan desconcertante y ominosa?
Shaw y Victoria acumulan preguntas a una realidad que parece no tener explicación, pero quizás la respuesta esté cifrada en el título de esta novela extraordinaria. La tierra hundida ya vuelve a levantarse, celebrada unánimemente por la crítica, ganó el premio Goldsmith a la ficción innovadora y significó la consagración definitiva de M. John Harrison, maestro indiscutido del fantástico y lo inquietante.
«Ningún escritor vivo escribe frases como él. Harrison es el eslabón perdido entre William Burroughs y Virginia Woolf».
Olivia Laing