Una pareja se va a pasar unos días a la isla para estar juntos o para estar solos. ¿Cuál es el clima ideal para el amor, cuál es el paisaje? Acá el aire pesa, las nubes tapan el sol y por momentos el río, marrón, cubre el pasto. El agua, en todos sus estados, es una influencia permanente. Sobre todo cuando está en el aire, haciendo más densa la atmósfera. Pero también cuando está quieta, estancada. O cuando se mezcla con la tierra y se vuelve barro. Si se apoya la oreja en la tierra se escucha el galope de sus teclas: lo que Agustina Frontera escribe no estalla; viaja a través de materiales sólidos. La narradora disecciona como observadora y protagonista las posibilidades de un amor que se empantana. Analiza la elección que su novio hace de los quesos, el tiempo que pasa con el celular, sus propios manotazos de ahogada. Mientras, la dieta del amor se desbalancea y todo se pone cada vez más blanco. Como el cielo cuando se nubla, el azúcar, la luz que encandila y las cosas que hacen mal.
Sobre la autora: nació en Buenos Aires, en 1981, pero es mitad porteña y mitad neuquina. Publicó libros de no ficción: Una excursión a los mapunkies (Pánico el pánico, 2013), Lila y el aborto (en coautoría con La revuelta, La cebra, 2019) y Un misterio llamado bandeja (en coautoría con Jimena Zeitune, Museo del Puerto de Ingeniero White, 2020). También escribió poesía: La central del sentir (Nulú Bonsai, 2014) y Para llegar al piso (Caleta Olivia, 2018). Participó de antologías de ficción y poesía y en compilaciones de ensayos y crónicas. Dirigió el documental Este sitio inmundo (2016). Condujo los micros audiovisuales feministas Caja de Herramientas (2018). Recibió el Premio Lola Mora 2019 a la labor periodística en medios digitales y la beca de Periodismo de soluciones de la Fundación Gabo (2020). Es licenciada en Ciencias de la Comunicación (UBA) y magíster en Periodismo Documental (UNTREF), donde da clases de Crónica. Es fundadora y codirectora de LatFem, portal latinoamericano de periodismo feminista. Disfruta de la restauración de muebles y de la jardinería, «oficios que gané en la cuarentena», dice.